A veces pasamos la vida esperando un resplandor en nuestro cielo, pero nuestro paso por el mundo es tan breve que no alcanza el tiempo para que algo extraordinario suceda.
Y nos conformamos. Y hacemos de nuestro cotidiano una experiencia extraordinaria y cada logro es como un resplandor en el cielo.
Aunque nuestros logros tengan la simpleza del agua.
(tomado de: http://universodeantiria.blogspot.com/)
viernes, enero 07, 2011
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