
Te vi alicaída, desaliñada
como polvoreda después de vendaval
y no te percatabas.
Te vi descuidada, olvidada de ti misma,
llevaba días en ese estado de abandono
pero vos no te veías.
Pensé:
"Debo lograr que te veas en el espejo y entiendas"
Tomé un espejo grande y lo coloqué junto a la puerta, para que cuando salieras te vieras e hicieras algo por ti.
***
Despertamos y eras una ruina. Discutimos. El baño no alcanzó a mejorar tu apariencia. La llevé a la sala y le dije:
- Estás descuidada, debes hacer algo por vos.
Y señalando al espejo, que estaba junto a la puerta te espeté:
- Anda mujer, véte!!!!!
Y vos, llena de ira, me respondiste:
- Por supuesto que me voy.
Y te marchaste.
1 comentario:
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