lunes, marzo 13, 2006

Augurios de soledad

Hoy fue diferente, de ahí mi patética e insinuada sonrisa que se desperdicia ante el espejo. Corrí al pie del viejo ciprés de siempre, allí donde tant...no, no viene al caso dar detalles sobre vos.

Me senté junto al ciprés a esperar pacientemente la llegada de la madrugada. Auguraba una noche despejada así que me aferré al telescopio que ambos habíamos comprado dos años atrás y enfoqué la luna.

Luego me acurruqué como pude para minimizar el violento trajinar del viento que me erizaba la piel y cerré los ojos...pero no mi corazón, como sí lo hiciste vos.

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