Disyuntiva Existencial No. 1

Lo intento; no obstante, a veces me sucede lo que a otros: No me entiendo. Soy despistado, es un hecho, o por lo menos finjo que lo soy con tal de .... es lo que no entiendo, ¿qué pretendo con ello? Al final de cuentas ¿qué busco?

Por ejemplo, se me da mucho que al estar junto a una calle y veo venir un vehículo, se me ocurre cruzar en ese instante con una paciencia infinita y sin siquiera darle importancia al vehículo, como si la calle fuera mía para que él tenga que detenerse para que su majestad YO pase. ¿ramalazos de LEO? No lo sé.

Pero en el fondo, soy una ternura de hombre, palabra que sí.

Anoche por ejemplo, llegó un pelotón de zompopas y dejaron pelonas las dos matas de gardenias que he cuidado con esmero dejando solo el montón de botones a punto de brotar. Hoy, lleno de suspicacia esperé pacientemente hasta que el pelotón apareció de nuevo. Claro, cómo no iban a regresar si todavía quedan las rosas que les saben tan bien.

Esta vez un poco de pelotitas de veneno fueron la recepción y allí iabn la spobres cargando contentas su tumba para la madriguera. Algunas fueron quedando fulminadas de camino, con sus pancitas destrozadas por la poderosa acción del ANTicida. Y yo triunfalmente regresé a mis quehaceres cotidianos.

Y he aquí el dilema: Estoy que muero de desolación, no puedo conciliar el sueño de solo pensar en la matanza que hice de pobres hormiguitas cuyo único pecado fue el de cumplir con su naturaleza. Qué conflicto existencial el que me abruma! ¿Para qué acabar con ellas? ¿No hubiese sido más práctico tomar pico y pala, hacer un trillito hacia la casa de mi vecina, por ejemplo, y echar esencias aromatizantes propias del gusto de las hormigas para que ellas, como si hubiesen encontrado el camino al paraíso, tomaran distinto rumbo del de mis gardenias?

A veces no me entiendo!!